Avanzamos hacia la siguiente jornada de liga y todavía siguen retronando en nuestras cabezas los ecos de una gran victoria, el recuerdo imborrable del fútbol hecho gloria, un espectáculo cautivador para todos los amantes del balón….¿Estamos ante el mejor equipo de todos los tiempos ?
A lo largo de la historia ha habido grandes equipos; quién no recuerda por ejemplo aquel imparable Milán de Gullit y Van Basten, el Dream Team de Johan Cruyff, la mejor versión de Zinedine Zidane jugando en aquella gloriosa Juventus de Lippi o incluso La Quinta del Buitre…
Afirmar con total rotundidad esta supremacia deportiva, sería cuanto menos pretencioso por nuestra parte, ya que a lo largo de la historia, el fútbol ha cambiado mucho con el paso del tiempo siendo muy difícil comparar dos equipos en momentos históricamente diferentes.
De lo que no hay duda es que si no el mejor, estamos ante uno de los mejores; desde aquí animamos a todos los millones de amantes del deporte rey que disfruten del momento, un estilo de juego que pasará a los anales de la historia deportiva con letras doradas……y nosotros lo estamos viviendo en primera persona.
¿Qué hay realmente detrás de tanto éxito?
Un concepto tan sencillo y a la vez tan difícil de practicar: Control-Pase-Movimiento y vuelta a empezar, una filosofía instaurada desde las categorías inferiores hasta el primer equipo. Confían en una idea y la llevan hasta el final, sin importar quién sea el rival, siempre juegan a lo mismo porque “únicamente” saben jugar a esto, cuidar la pelota, mimarla y protegerla del rival.
Siendo Leo Messi la punta del iceberg que existe por detrás, este equipo lo componen jugadores extraordinariamente técnicos, cualquiera de ellos tiene la obligación de manejar a la perfección el dogma culé: control-pase-movimiento.
Es su característica principal y su mejor defensa, ya que de lo contrario, sin la posesión del esférico sería un equipo condenado a sufrir debido a la complexión física de sus jugadores, no acostumbrados a realizar grandes esfuerzos defensivos.
Por esta razón, cuando hay una pérdida de balón sin importar la posición que sea cualquier futbolista que se encuentre en aquella zona debe realizar una presión intensiva sobre su rival para recuperar a su aliado esférico, y vuelta al asedio goleador.
Estos son a grandes y vagos rasgos de una filosofía que daría horas de conversación. Nosotros seguiremos enamorados de la magia balompédica de esos “locos bajitos” que enamoran todos los dias con su juego.
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